viernes, 25 de julio de 2014

Para tí querida.



Amada, querida, vivida, sentida Caracas como quisiera que tus calles, que tus montañas, que tus paisajes no se vieran empañados. Querida Caracas como un gesto del mayor  incesto lésbico que pueda existir en mi alma me declaro tu amante eterna, tu defensora incansable, y orgullosamente hija feliz de pertenecerte. Todos los días nos regalas bellos amaneceres, tardes de un sol que da vida, y anocheceres iluminados. Mientras nosotros para contigo nos portamos tan ingratamente. Manchamos tú nombre en las estadísticas, como una ciudad peligrosa, ruin, y poco menos que habitable.

Tu hija incestuosa busca diariamente volver a reencontrase contigo, escuchando lo que eras, leyendo lo que un día fuiste y con la esperanza de lo que podrás ser. Maltratada Caracas cuan ingratos hemos sido contigo. Mira que es difícil tratar de encontrar razones para amarte y hacer que te amen, pero aún así sigues teniendo tú hermosa belleza opacada por el desquerer humano que te habita.

Aquellos que de ti hablan mal en otros países, aquellos que en tu nombre destruyen tu esencia, aquellos que con un eslogan pretenden quererte, aquellos que te ensucian, que te difaman, parecen nunca haber subido al Ávila, parece que nunca escucharon una canción de Billo´s, parecen que no vieron lo bonita que te puso Villanueva, parece que nunca leyeron unas líneas de Cabrujas, parecen no tener corazón.

Es triste linda Caracas que tú asumas culpas ajenas, de unos habitantes ingratos. Tú que los has soportado todo. Pero espera, que vendrán músicos, poetas, literatos, arquitectos, diseñadores, SOCIOLOG@S que te sacaran de esta sombra, que pregonaran tu hermosura y el valor de quererte y lucharte. Pondremos tú nombre tan alto como el Salto Ángel, ya muchos lo hicieron antes y son los que hoy nos hacen quererte, yo los escucho porque ellos dibujan el camino de lo que fuiste un día y nos avisan en que parte del camino te dejamos sola. Desde allí te rescataremos y presiento que no falta mucho, porque más bajo no podemos caer y porque ya nos hemos mirado la cara en el abismo, ya es suficiente el daño que te hemos hecho a ti y a nuestro hermoso país.

 Puedo leer en los ojos de muchos de tus habitantes que ya no tendremos que escuchar relatos de tiempos pasados, canciones de una ciudad lejana que hoy no encontramos demasiado, que pronto una Caracas presente inspirará hermosas canciones, hermosas prosas, y la venida de tus hijos.

 

“Y es que yo quiero tanto a mi Caracas

Que mientras viva no podré olvidar

Sus cerros, sus techos rojos, su lindo cielo

Las flores de mil colores de Galipán”

 

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