domingo, 24 de noviembre de 2013

Cuando la prohibición se vuelve lucha

Si vemos en retrospectiva la lucha de las mujeres –el derecho al voto, a la igualdad, a ejercer su sexualidad plenamente, a decidir sobre su cuerpo- vemos que cada vez más en la actualidad,  el feminismo no solo lucha en contra de las situaciones directas o indirectas que reprimen a la mujer, también ha creado un tipo ideal de mujer, esa que no se casa por la iglesia, esa que no cocina, esa que no tiene hijos –quizás llevándolo  al extremo, aunque no tanto,  para el uso práctico de esta reflexión -. ¿Cuándo la lucha de la mujer se convirtió en una sola forma de ser mujer? si la lucha tienen que ser darnos tanta libertad de escoger y de ser en el mundo como sea posible, desde una perspectiva diversa, como diversas son las mujeres.
Las luchas  han sido en muchos casos para  encontrar un espacio legal, moral, social en general que nos permita realizarnos como personas. Pero también para que nadie nos diga que tenemos que hacer desde la historia, ni cómo debemos ser desde la biología, ni cómo debemos sentir desde la religión. No podemos ahora querernos parecer a las instituciones que planeaban como debía sentir, ser, y vivir la mujer.
Porque aunque hablo de la mujer en general, no hay un tipo de mujer, somos mujeres por esa categoría que nos permite “identificarnos” y hacer más digerible esta reflexión, pero podemos hablar de María, de Luisa, de Dafne, de Verónica, etc. Somos diversas, somos personas diferentes, que sentimos, queremos, padecemos diferente. La lucha es por LAS MUJERES, cualquiera que ella quiera ser o crear.
Criticamos a las modelos, mises, madres, amas de casa, etc. Se ha construido una tribunal que juzga y dictamina quien esta alienada y quien no, quien reproduce la lógica capitalista y patriarcal y quién no. Yo, que –no soy esa feminista- creo que las mujeres porque pensamos, re-pensamos nuestro mundo, construimos nuestra identidad en el tiempo, podemos elegir, podemos saber que nos gusta, que mujer queremos ser. Y nadie, incluso aquellas vanguardias que han luchado por nuestro derechos pueden imponernos como debemos ser y menos desde la prepotencia de ver a las otras inconscientes, irracionales, alienadas,
Tenemos que luchar no por la eliminación del Miss Venezuela, si no, porque las mujeres tengan cada vez más opciones, sepan cada vez más su derechos y deberes, construir nuevas alternativas en donde la mujer pueda encontrarse en sí y no en un mundo que muchas veces es hecho a otra medida. Pero no a través de un tribunal, ni de una vanguardia que decide como debe ser la mujer.  Si bien es cierto que no todas tenemos el acceso a información libertaria, contestaría, concientizadora de realidades diversas, pero esa debe ser nuestra labor, presentar opciones, nada más, no elegir por alguien.
La prohibición no es un medio para más libertades, todo lo contrario. La prohibición no es el camino para la construcción de una mujer más transformadora, más creadora, más consciente.
La lucha no es por un estereotipo, es para romper con él.

Quizás  luego tengan que cerrar el Miss Venezuela porque nadie más quiera competir o más nadie lo quiera ver, no por qué alguien decidió por ellas. 

Recomendaciones.

Les recomiendo esta revista online, sobre todo los vídeos de "El conejo de Alicia".
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martes, 19 de noviembre de 2013

Gracias, pero no soy una musa.



¿A quién no le gusta ser inspiración? Hay tantas canciones, tantos poemas, tantos, como de general es esa forma de  creer que la mujer es eso que se debe admirar, pero desde el ojo ajeno.

Lo que ha llevado a que nos valoremos a través de los otros, y ya sabemos cuán volátil es la opinión pública. Si somos tetonas, seremos lindas cuando las tetas estén de moda. Seremos excelentes mujeres si está de moda limpiar o ser profesional o cogerte hombres más jóvenes que tú, todo dependerá de la exigencia del público masculino sobre todo. Imagínense una vida dependiendo del ojo externo, es bastante proclive a terminar en la locura o en eso que ya son nuestros epítetos preferidos,  hasta acuñados por nosotras  mismas- que somos histéricas, bipolares, regluas, complicadas, bla bla.

No estoy en Somalia –aunque a veces parece- allí mis problemas como mujer serian otros, estamos en Venezuela y pertenezco a una clase donde podemos ocuparnos de lo que podrían llamarse  estupideces reivindicativas, quizás para las más puristas deberían de estar hablando del feminicidio, de la violencia hacia la mujer, o del embarazo adolescente. Podría decirse de este tema, que  es ese de lo  que se ocupa la “vanguardia” mientras los otros resuelven problemas más evidentes. Pero ¿Dónde está la raíz de muchos de estos males? Si no en el imaginario colectivo. Él desde donde la mujer se ve, desde donde se le ve a la mujer, etc.

En todo caso nos preguntaríamos ¿hay una particularidad aparte de la biológica que podría llamarse femenina? ¿Hay una sola forma de ser mujer? Todas esas preguntas filosóficas podríamos preguntárnoslas en un ejercicio de introspección, pero este es un ejercicio de ver a la mujer construida a través del hombre como inspiración. Parece que existen  dos formas de ver a la mujer predilectas o  es casi como una vaca –con el perdón de las vacas- o es una inspiración. Somos Magdalena o María.

Entonces yo lo que pretendo decirles es que se liberen de esas cadenas de alegrar el ojo ajeno. Hay mucha fragilidad cuando uno se construye desde la opinión del otro. Imagínense, ya sabemos todas del grave síndrome de hijo que tiene sobretodo  el hombre latino. Entonces usted mujer, usted se va hacer a imagen y semejanza del pensamiento de un niño. Qué disparate!

No queramos ser musas, por muy bonito que sea que nos estén alagando. Nuestra esencia no debe ser estática, no queramos ser un maniquí, ni una obra de arte. Queramos ser solo en acción, solo en creación, no para ser vistas, si no para vivir. Entonces , para que el hombre no sea la medida de lo que tú vales, por favor constrúyete desde ti, el valor que tú tienes solo puede ser calculado por ti.

Déjate de creer que eres lo mejor del mundo porque un pendejo que ni conoces en la calle te lo diga, vuélvete lo mejor del mundo para ti, que tienes tratándote de conocer y de construirte un verguero de años.

Esta es la historia de cómo un artículo que se pensaba serio, término siendo un artículo de autoayuda de Cosmo, versatilidades de mi pensamiento.