Si vemos en retrospectiva la lucha de las mujeres –el derecho al voto,
a la igualdad, a ejercer su sexualidad plenamente, a decidir sobre su cuerpo- vemos
que cada vez más en la actualidad, el feminismo
no solo lucha en contra de las situaciones directas o indirectas que reprimen a
la mujer, también ha creado un tipo ideal de mujer, esa que no se casa por la iglesia,
esa que no cocina, esa que no tiene hijos –quizás llevándolo al extremo, aunque no tanto, para el uso práctico de esta reflexión -. ¿Cuándo
la lucha de la mujer se convirtió en una sola forma de ser mujer? si la lucha
tienen que ser darnos tanta libertad de escoger y de ser en el mundo como sea
posible, desde una perspectiva diversa, como diversas son las mujeres.
Las luchas han sido en muchos
casos para encontrar un espacio legal,
moral, social en general que nos permita realizarnos como personas. Pero también
para que nadie nos diga que tenemos que hacer desde la historia, ni cómo debemos
ser desde la biología, ni cómo debemos sentir desde la religión. No podemos
ahora querernos parecer a las instituciones que planeaban como debía sentir,
ser, y vivir la mujer.
Porque aunque hablo de la mujer en general, no hay un tipo de mujer, somos
mujeres por esa categoría que nos permite “identificarnos” y hacer más
digerible esta reflexión, pero podemos hablar de María, de Luisa, de Dafne, de Verónica,
etc. Somos diversas, somos personas diferentes, que sentimos, queremos, padecemos
diferente. La lucha es por LAS MUJERES, cualquiera que ella quiera ser o crear.
Criticamos a las modelos, mises, madres, amas de casa, etc. Se ha
construido una tribunal que juzga y dictamina quien esta alienada y quien no,
quien reproduce la lógica capitalista y patriarcal y quién no. Yo, que –no soy
esa feminista- creo que las mujeres porque pensamos, re-pensamos nuestro mundo,
construimos nuestra identidad en el tiempo, podemos elegir, podemos saber que
nos gusta, que mujer queremos ser. Y nadie, incluso aquellas vanguardias que
han luchado por nuestro derechos pueden imponernos como debemos ser y menos
desde la prepotencia de ver a las otras inconscientes, irracionales, alienadas,
Tenemos que luchar no por la eliminación del Miss Venezuela, si no, porque
las mujeres tengan cada vez más opciones, sepan cada vez más su derechos y
deberes, construir nuevas alternativas en donde la mujer pueda encontrarse en sí y no en un mundo que muchas veces es hecho a otra medida. Pero no a través de
un tribunal, ni de una vanguardia que decide como debe ser la mujer. Si bien es cierto que no todas tenemos el
acceso a información libertaria, contestaría, concientizadora de realidades
diversas, pero esa debe ser nuestra labor, presentar opciones, nada más, no
elegir por alguien.
La prohibición no es un medio para más libertades, todo lo contrario. La
prohibición no es el camino para la construcción de una mujer más transformadora,
más creadora, más consciente.
La lucha no es por un estereotipo, es para romper con él.
Quizás luego tengan que cerrar
el Miss Venezuela porque nadie más quiera competir o más nadie lo quiera ver, no
por qué alguien decidió por ellas.