martes, 31 de diciembre de 2013

Si somos felices, vamos por buen camino.

No soy tú mujer ideal debe ser la frase que marque nuestro 2014.  Sabemos que vivimos en sociedad y que por este simple hecho no somos ajenas al otro. Todo lo contrario estamos adscritas a un conjunto de relaciones, de intercambios, de muchas situaciones y emociones producto de otros. No es una propuesta de alejarse del otro, pero si, una invitación a no cumplir esos cánones, esas expectativas, que no nos hacen felices. Es por eso que tenemos que descubrir que nos hace feliz, no a partir de esa mentira de que la mujer es feliz cuando hace a los demás felices. Podemos ser altruistas, pero no guevonas.
El altruismo esta bien y eso también produce felicidad, pero la tarea es hacernos felices, buscándonos hobbies, superando miedos, conociéndonos. Nunca nadie podrá hacer nada por un futuro diferente, por una huella en este mundo, desde una jaula de prohibiciones. No hay nada como la felicidad de sabernos completas, de aceptarnos, de luchar no contra otros, si no, contra nuestros terrores, nuestros obstáculos, nuestra ignorancia. 
Despertar y ver que casarse, tener hijos, cocinar, no es para nada nuestra tarea de vida. Puede ser una faceta, pero sobre todo es una opción, y sobretodo todo, hay muchas más opciones que no son excluyentes de esas facetas y debemos vivirlas. Querida no gastes oxigeno, espacio, y sentidos en fines de vida impuestos, y mucho menos reduzcas esa VIDA, solo tuya, esa oportunidad de trasformación, de creación, en líos de pantalones. 
El mundo necesita trasformadoras, pujadoras. y esto solo puede ser posible cuando las mujeres se sientan libres, independientes. Qué bueno será cuando todas tengamos y luchemos por más opciones!!

Pero primero liberémonos de esas prohibiciones internas o por lo menos reconozcamos-las, que ya es bueno. Para luego ser también arquitectas de un mejor futuro.

Busquemos la felicidad y para aquellas que no se pueden dar este lujo, busquen sobrevivir. Qué si tendremos un mundo mejor.
Libertad pa´dentro para luego multiplicarla pa´fuera. La felicidad es la brújula hacia esa libertad, es nuestra estrella del Norte.

martes, 17 de diciembre de 2013

Ablación –psicológica- del clítoris.

Con todo el respeto a las formas de transformar, observar, sentir, construir, materializar el mundo. Existen prácticas que respetarlas seria de dudosa sensibilidad, casi, casi un crimen. Hablo de la ablación del clítoris. ¿El crimen? sentir placer – ¿reduccionismo conceptual?-. Y es que han querido controlar al ser humano, sobre todo a la mujer, y para ello se recurre a muchos Dioses, a muchos atropellos, y a muchas injusticias, por esa obsesión histórica del control.
Pero amputar zonas erógenas materialmente no ha sido la única forma de frenear esa mala costumbre, esa práctica macabra  de de sentir placer. Existen armas más poderosas, imperceptibles a la vista, donde no llegan los derechos humanos.  A través de la cultura, familia, religión, tradición, la vida en general. Existe un proceso de ablación psicológica del placer, desde nuestras madres que nos dicen que “no se la demos a cualquier guevon”,  “los hombres solo quieren eso” o más extremas “tienes que llegar virgen al matrimonio” la mujer ha tenido cierta presión social que la ha padecido y la padece inconsciente o conscientemente en la cama.
Hay ya demasiadas estadísticas que visualizan que muchas mujeres no tienen o en muy pocas ocasiones  orgasmos a la hora de tener relaciones sexuales. ¿Cuál -si no tener un orgasmo - es el fin último, primero, constante de las relaciones sexuales? No es de extrañar que muchas tengan dolor de cabeza cuando su pareja insiste en tener relaciones sexuales. Es como que te pongan la comida en frente para que la huelas nada más, o es como probarte la ropa para dejarla en el probador.
Esto es producto de miles de razones, que yo no me sentaré a imponer, cada quien que haga su ejercicio de introspección, un ejercicio de darle el valor que tiene el orgasmo. Porque la eyaculación del hombre tenga sentido utilitario y la nuestra sea por puro placer –hasta ahora no hemos embarazado a nadie con nuestras eyaculaciones-  entonces la nuestra  es como marginada.  O sea en palabras más explicitas  el hombre está casi obligado a eyacular porque tiene que seguir el ciclo de la vida, y las nuestras son por pura perversión. Porque en nuestra época todas nuestras relaciones tienen sentido reproductivo –ajá- ¿cómo osamos nosotras a sentir placer por el placer mismo?
 Si  los hombres no se siente mal por acabar con miles y miles de espermatozoides  ¡qué desperdicio!  -por eso decidieron hacer ampollas de semen para no desperdiciar tanto material- nosotras no desperdiciamos nada, no hay nada en ese fluido, así que la única perdida es dejar para mañana el orgasmo que puedes tener hoy.
Quizás estas palabras no puedan más que siglos y siglos de ablación psicológica y material, pero igual y  solo las escribo para mí.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Pensar, re-pensar nuestras realidades pre-fabricadas.

Qué mejor momento para empezar que desde los cuentos de hadas, que son los primeros en vender formas de ser y estar en el mundo. El mundo de los sueños,no es un juego. Tenemos que soñar desde la libertad no desde la opresión de los estereotipos.

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